Jaén, 8 de septiembre de 2020. La ausencia de precipitaciones en los últimos meses en la provincia de Jaén, donde prácticamente no ha llovido nada desde mayo, está afectando a olivar de la provincia, y especialmente puede afectar la productividad de los secanos.
La falta de agua hace que el fruto no almacene los hidratos de carbono necesarios que luego se transforman en la materia grasa, lo que finalmente provocaría una cosecha peor a la esperada.
Estrés hídrico
La situación del olivar era buena y todo hacía vaticinar que podría haber una cosecha media, sin embargo la falta de lluvia en los últimos cuatro meses, cuando el olivo necesita más agua para su maduración y la formación del rendimiento graso, está haciendo que el árbol sufra estrés hídrico.
Según los técnicos de COAG Jaén, los olivos de secano de la provincia tienen mucha aceituna y de buen tamaño, pero debido a la falta de agua el árbol se encuentra parado y cada día que pase sin lluvias hace bajar el rendimiento del fruto y por tanto la productividad del mismo.
Además esto afecta al recomendado adelanto de la cosecha, para evitar rebrotes de casos de la COVID-19, y obtener aceites de mayor calidad, ya que el fruto no estará en condiciones para su recolección, por estar arrugado y no maduro.
El olivar de riego también se está comenzando a ver afectado, el agua solo está sirviendo para mantener el olivar, y las dotaciones de agua están casi agotadas.
Además, si continúa sin precipitaciones durante este mes de septiembre, a la falta de rendimiento, se unirá la caída del fruto y si se prolonga al mes de octubre, la sequía afectaría al árbol.
Precipitaciones
En el mes de agosto, según el Sistema Automático de Información Hidrológica del Guadalquivir (SAIH), la precipitación media en los embalses de la demarcación hidrográfica ha sido 5 mm, valor ligeramente inferior a los 7 mm correspondientes a la media histórica del mismo mes de los 25 años anteriores.
La precipitación máxima registrada en este período se ha localizado en el embalse de Siles (21,8 mm), mientras que en otros lugares como en la zona del Quiebrajano, no se ha registrado lluvia.
Prácticamente no llueve desde el mes de mayo. En el mes de abril se acumularon 89 mm, un 46% por encima de la media histórica, y en el mes de mayo se acumularon 48 mm, un 7% por encima de la media.
Sin embargo, el mes de junio ya fue bastante seco, donde la lluvia acumulada fue de 5 mm, un 58% inferior a la media de los últimos 25 años durante el mismo mes (12 mm). Una situación que no ha variado desde entonces.
En lo que respecta a la precipitación media anual, el valor acumulado desde el inicio del año hidrológico (1 de octubre) hasta el 31 de agosto es 526 mm, lo que se traduce en un déficit de precipitación del 7% con respecto al valor medio de los 25 años anteriores (564 mm).