Jaén, 11 de enero de 2022. COAG-Jaén muestra su indignación tras conocer las resoluciones de las ayudas a la incorporación de jóvenes agricultores y ganaderos de la provincia de Jaén de la que se han quedado fuera más de la mitad, de los que las solicitaron, unas 300.

Y no por falta de presupuesto ya que se prevé abrir una nueva convocatoria en unos días.

El problema es que muchos de los solicitantes que se han quedado fuera no podrán optar a esa otra convocatoria que saldrá en breve al haber iniciado ya los trámites de incorporación a la actividad agraria o ganadera.

Sentido común

Juan Luis Ávila

“No entendemos que se juegue con la ilusión de 150 jóvenes que se quieren incorporar a la agricultura que ya han iniciado el proceso de incorporación en muchos de los casos y que se quedan descolgados porque no van a tener la posibilidad de engancharse a la próxima convocatoria”, ha asegurado el secretario general de COAG Jaén, Juan Luis Ávila.

“Le pedimos a la consejería que ponga el dinero para la actual convocatoria, no nos podemos esperar a la siguiente, si de verdad creemos en un relevo generacional lo que tenemos es que hacerlo factible con unos trámites burocráticos que no sean tan tremendamente complejos”.

Vamos a pedirlo a nivel político y si esto no tiene resultado nos iremos a la puerta de la Consejería de Agricultura a pedir que se aplique el sentido común.

Relevo generacional

Estas ayudas se convocaron en el marco de la Inversión Territorial Integrada (ITI) de Jaén por un total de siete millones de euros para jóvenes agricultores de la provincia de Jaén, con el objetivo de favorecer el relevo generacional y el arraigo al mundo rural, contribuyendo así a evitar el despoblamiento.

Actualmente más del 36% % de los titulares de explotaciones son mayores de 65 años, lo que significa que en unos años estará en manos de mayores de 70, si no se da el relevo generacional necesario para el mantenimiento de la actividad en el medio rural. A ello hay que añadirle el empleo indirecto y que según Eurostat, por cada joven que se incorpora a la actividad agraria, se generan entre 7 y 10 empleos.