Los bajos precios del aceite, por debajo de los costes de producción, y la incertidumbre de cara a la recogida de la aceituna con la presencia de la COVID-19 marcan el inicio de la campaña 2020/2021, que verá además mermada su cosecha por la falta de precipitaciones.

Jaén, 1 de septiembre de 2020. La campaña de aceite de oliva 2020/2021 comienza oficialmente hoy sin que se prevean grandes precipitaciones en los próximos quince días, lo que unido a la falta de lluvia de los últimos meses hace temer una pérdida importante de kilos de aceite de cara a la próxima recogida de la cosecha.

Falta de lluvia

La ausencia de precipitaciones en la provincia de Jaén, donde prácticamente no ha llovido nada desde el mes de mayo, está afectando especialmente al olivar de secano, según han podido comprobar los técnicos de Coag Jaén.

Esto hace temer que la cosecha se puede ver seriamente afectada cuando en un principio la situación del olivar era buena y todo hacía vaticinar que podría haber una cosecha media.

Esta pérdida de aceite puede ocasionar que las buenas previsiones de aceite que se barajaban para España se reduzcan, y en cualquier caso sería una de las campañas con la producción de aceite más baja a nivel mundial.

Bajos precios y COVID-19

Junto a la sequía, el sector continúa sin ver remontar los precios en origen del aceite. Según el Pool Red, esta última semana el precio de media estaba a 1.94 euros, sólo superando los dos euros el virgen extra (2,11 euros), mientras que el aceite de oliva se sitúa a 1,89 euros y el lampante a 1,86 euros. 

La situación sanitaria y el protocolo para evitar rebrotes de casos de la COVID-19, es otro de los grandes condicionantes e incertidumbres que marcan el inicio de campaña de este año. Estando pendientes de los protocolos y las medidas que habrá que aplicar en todas las explotaciones agrarias.

 A todo esto se une la incertidumbre por el nuevo decreto de convergencia de la PAC para el periodo transitorio 2021-2022, que pretende aprobar de urgencia el Ministerio de Agricultura, y que supondría un ataque al olivar más productivo de la provincia de Jaén.